La historia de la masonería en Durango tiene su punto de partida formal el 8 de julio de 1923, con la fundación de la Gran Logia de Estado "Guadalupe Victoria" de Antiguos Libres y Aceptados Masones. Sin embargo, su presencia e influencia se remonta a mucho antes, entrelazándose con los momentos clave de la historia nacional, desde la Independencia hasta la Revolución.
Desafíos
Desde sus inicios, la masonería duranguense se ha enfrentado a retos complejos, derivados de su posición crítica frente a la clerecía y de su firme compromiso con la laicidad. A pesar de las resistencias y malentendidos, la Fraternidad ha sabido perseverar y mantener su esencia basada en principios de moral universal, trabajo, beneficencia y búsqueda de la verdad.